sábado, 8 de diciembre de 2012

Pruebas para conocer a tu ángel.

Pues una vez que la madre se ha quedado embarazada viene la preocupación se saber si todo va a salir bien y no presenta su feto ninguna anomalía.
Una de las pruebas más usada es la amniocentesis.

Es una prueba diagnóstica que consiste en la extracción de líquido del saco amniótico con una punción guiada mediante realización de una ecografía. El volumen de líquido a extraer depende de las pruebas que se deseen realizar. En este líquido existen células, proteínas y orina del feto que pueden ser analizadas para obtener información sobre su salud. Es una técnica invasiva que implica riesgos a tener en cuenta. De hecho, existen muy pocas pruebas diagnósticas con tan alto resultado de muerte: uno de cada cien bebés. No sirve para garantizar que un bebé está sano; sólo sirve para detectar, cuando no lo está, un número pequeño de alteraciones. Se realiza en las semanas 15 a 20 de embarazo. Es necesario que haya bastante líquido amniótico.
Diagnostica:
  • Anomalías congénitas relacionadas con el número de cromosomas.
  • Grado de madurez pulmonar del feto.
  • Espina bífida.
  • Existencia de infección.
  • Algunas enfermedades genéticas.
Esta prueba no diagnostica otro tipo de problemas que pueda presentar un bebé.
Los resultados definitivos de la amniocentesis suelen tardar unas tres semanas. Si se hace un primer cribado más genérico se pueden obtener unos resultados aproximados, parciales, es lo que se denomina el FISH. Estos resultados se obtienen en menos tiempo y detectan algunas trisomías, pero para el cariotipo completo hay que esperar el resultado final.

Procedimiento para realizar una amniocentesis:
1. Exploración ecográfica previa evaluando las características del útero, número de fetos, inserción placentaria y del cordón umbilical, características del líquido amniótico y morfología fetal.
2. Identificación del punto idóneo de punción, evitando al máximo atravesar la placenta.
3. Asepsia de la pared abdominal con una solución antibacteriana de amplio espectro.
4. Punción con una aguja de 20-22 G y 7 a 12 cms de largo, provista de estilete para minimizar el riesgo de contaminación materna.
5. Con la punta de la aguja correctamente situada en la cavidad amniótica, se retira el mandril y el líquido debe fluir lentamente gota a gota.
6. Aspiración del primer ml de líquido amniótico con la finalidad de disminuir el riesgo de contaminación materna, el cual se desecha.
7. Desconexión y retirada de la jeringa, retirando la aguja bajo visión ecográfica.
8. Confirmación de vitalidad fetal mediante ecografía.

Tras la prueba, se recomienda reposo 48 horas. En muchas ocasiones se hace una ecografía de control una semana después, para asegurarse de que todo va bien.

En esta prueba se corre algunos riesgos, entre ellos:
1- el daños al bebe según el sitio donde se coloque la aguja.
2- riesgo fetal por rotura de la bolsa amniótica.
3- riesgo de trasmisión de virus de la madre.
4- el estado emocional de la madre.

Otra prueba no menos importante es: biopsia de Corión
Es un estudio prenatal que detecta anormalidades en los cromosomas del bebé, mediante el análisis de la composición genética de las vellosidades coriónicas (células que sobresalen de la placenta en forma de minúsculos dedos). Este análisis se realiza generalmente entre las semanas 11 y 12 de embarazo, aunque algunos especialistas lo realizan en la semana 13.

Sólo se practica en las futuras madres en las que existe una historia familiar de algún problema genético concreto o un factor de riesgo determinado. Generalmente la biopsia de corión se utiliza sólo para identificar ciertos trastornos como el síndrome de Down o para descartar otros problemas — como la enfermedad de Tay-Sachs, la fibrosis quística o la anemia de las células falciformes — si hay razones para pensar que el bebé corre el riesgo de padecerlos. El estudio no puede detectar defectos en el tubo neural, como la espina bífida.

¿Cómo se realiza la prueba?
El objetivo del procedimiento es obtener una pequeña muestra de tejido de la placenta, que será enviada al laboratorio para analizar. Dependiendo del lugar donde la placenta esté unida al útero.
El médico insertará una aguja larga o un catéter (un tubo delgado), bien a través del abdomen o del cuello uterino, para succionar una pequeña muestra de tejido.

Riesgos
Este procedimiento no se ofrece rutinariamente a todas las embarazadas, porque tiene un porcentaje más alto de pérdida gestacional que la amniocentesis y la incidencia del 1 al 2% de muerte del bebé dependerá también de la habilidad y experiencia del médico que realice el estudio. El riesgo de aborto siempre es más alto en el primer trimestre que en el segundo.

Una última prueba que cada vez se está empleando más es: El triple screening.

Es una prueba menos invasiva que la amniocentesis, pero no se trata de una prueba diagnóstica porque no aporta información sobre el estado real del bebé, sino que se basa en un mero cálculo de probabilidades. Es un método combinado que se realiza en el primer trimestre y usa tres parámetros:
1. Medición ecográfica de la transparencia nucal.
2. Medición en la analítica de sangre de la proteína plasmática A asociada al embarazo
 3. Medición, también en la sangre, de la subunidad beta libre de la gonadotropina coriónica humana.

Cada uno de estos tres parámetros tiene un momento durante la gestación en el que sirve como marcador de posible diferencia entre niños normales y niños con síndrome de Down.
 




1 comentario:

  1. Definitivamente son el tipo de personas que al ser "diferentes" nos enseñan un modo de vida también "diferente" y una visión más positiva de las cosas. Gracias a Dios, hoy en día la esperanza de vida de estos ángeles como tu bien los has llamado, Marta, es más larga y esta sociedad, que aunque avanza lentamente con respecto a algunos temas, se ha preocupado y se preocupa por que formen parte de la vida laboral.

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